
En 2012 conocí el Sistema de Diseño Humano, un encuentro que marcó un antes y un después en mi vida. Desde ese momento comencé a vivirlo, y en 2018 decidí profundizar más, formándome con Alokanand Díaz para entender plenamente este maravilloso Sistema.
Lo que más me impactó fue que, al seguir mi diseño (mi Estrategia y mi Autoridad Interna), todo comenzó a encajar y fluir con mayor facilidad. Aprendí a esperar con paciencia, una habilidad clave en mi vida. También descubrí cómo confiar en la incertidumbre (que está profundamente ligada a mi Cruz de Encarnación), y comprendí que esperar a tener claridad antes de tomar decisiones me lleva a resultados más alineados y satisfactorios.
Vivir mi diseño me ha permitido conectar profundamente con la alegría y el llanto, abrazar cada emoción y sensación, y sentirme completamente en mi centro: en mi cuerpo, mi alma y mi esencia. También he aprendido a aceptar que, en ocasiones, no tengo todas las respuestas, y que eso está bien. He entendido que todo es perfecto tal como es.
En definitiva, el Diseño Humano me ha dejado un sinfín de enseñanzas valiosas.
